Ese mismo problema lo tenemos aqui en Valencia. Aqui hay una empresa llamada Vaersa que se encarga del servicio de recogida domiciliaria (previa llamada de un particular para su recogida). El problema es que esta empresa no permite la selección, manipulación o reciclaje por terceros. (lo que te paso a tí).
Incluso dudo mucho que lo permita a un club o asociación (las normas son las normas). La administración es así y el destino final de lo que recogen es el vertedero con el impacto medioambiental negativo que eso tiene.
Creo que hay otras soluciones pero para conseguir llevarlo a cabo hay que organizarse mucho mejor. (recogida por miembros de la asociación durante los fines de semana, almacenaje y selección en los locales del club, etc...)
Pero eso es sólo una idea.
Un saludo

Hola Boodah:

Lo que propones sería lo ideal, pero requiere de más infraestructuras y comunidades con más número de miembros de los que creo que hay hoy en día (según mi percepción).

Quiero pensar que todo ese material no va directamente a un vertedero, si no ¿para qué nos obligan a separarlo? Voy a investigar pero aquí en Andalucía pienso que se hacen estas cosas más o menos bien.

Creo que si se consiguiese el apoyo de asociaciones e instituciones (facultades universitarias, empresas del sector, etc) se podría conseguir una especie de permiso o "salvoconducto" que te permita recoger material cuando uno lo necesite.

Mira, ahora mismo me encuentro buscando por ebay impresoras de segunda mano, pero me da lástima destripar un aparato que funciona, y me da rabia pagar 15 o 20 euros por cosas que hay en una cuba y que, en el mejor de los casos, van a pasar por una trituradora y un horno.

El "NO" ya lo tenemos, enviar unas cuantas cartas no nos va a costar mucho. Un saludo.

Cada Comunidad (incluso cada Ayuntamiento) es diferente. Desde luego, no hay que rendirse y seguir intentando que se nos permita llevar a cabo dicha recuperación de material que, en un principio, es reciclable y reutilizable.
El problema de mis post tan negativos relativos a la actitud de nuestros administradores con nosotros, los administrados, radica, casi con toda seguridad, en mi edad y en mi propia experiencia vital con dichas administraciones. En contadas ocasiones he tenido resultados satisfactorios en mis intentos con los organismos oficiales, tanto estatales como regionales, de mejorar ciertos aspectos de la vida de un club o de dulcificar las exigencias a las que nos sometían; exigencias que podían ser aceptables para una empresa comercial o industrial pero demasiado onerosas para un simple club deportivo.
La respuesta era siempre: "Las normas son iguales para todos". Hoy creo, y esto es una percepción personal, que el problema, posiblemente, no estaba en la Administración o la aplicación de las normas sino, más bien, en mi forma de enfrentarme a ellos. Fui demasiado directo. No supe adaptarme a los entresijos de las normas que rigen el trato en ciertas esferas de influencia. Yo iba siempre explicando lo que creía que era cierto y exigiendo que debía modificarse y no me dí cuenta que aquí, en la mayoría de las veces, conocer a "ese señor" puede inclinar la balanza a tu favor y que el silencio administrativo puede significar tanto un "si" como un "no". Será "si" mientras el encargado de darte la respuesta no tenga problemas, pero será un "no" rotundo ("Si a usted nadie le ha dado un permiso no está autorizado a hacerlo") en el momento que se sienta amenazado en su idílica tranquilidad.
Así que busca a "ese señor" que hay que conocer e inténtalo. Si tienes una sutil mano izquierda y una botella de Chivas 18 años en la mano derecha posiblemente consigas grandes cosas.
Un saludo