La Exposición Internacional de Robots, que se celebra cada dos años en el centro Tokyo Big Sight, es la mayor cita mundial de un sector abanderado por Japón, país del que salen la mitad de los robots industriales del mundo.
Como no podía ser de otro modo, un robot humanoide fue el encargado de cortar la cinta de acceso al recinto, que presentaba un aspecto digno de una película de ciencia ficción.
Decenas de robots, la mayoría destinados a procesos industriales, exhibían sus aptitudes ante el numeroso público, mientras representantes de las 192 empresas participantes explicaban orgullosos sus características y mejoras de los ingenios electrónicos.
Firmas como Toshiba o Mitsubishi, al lado de nombres menos conocidos como Anybots o ABB, llevaron a la capital nipona desde enormes máquinas para realizar procesos de automoción hasta minúsculos aparatos teledirigidos para operaciones de precisión.
Entre los que más llamaron la atención en la primera jornada de la feria estuvieron los robots humanoides, que en los últimos años han mejorado su ‘vista’ y ‘tacto’ gracias a los avances en óptica digital y al desarrollo de sensores eléctricos.
De los laboratorios de la nipona Kawada Industries, por ejemplo, ha salido ‘Hiro’, un artefacto con cámaras en los ojos y en las palmas de las manos, capaz de reconocer colores y formas y que se mueve gracias a un sistema operativo de tiempo real.
‘Hiro’, gracias a estas características, ‘es capaz de identificar un rostro’, explicó a Efe uno de sus creadores, Maksim Radev, mientras el robot le clavaba la mirada y seguía atento cada uno de sus movimientos.
‘Hiro’ mide poco más de metro y medio, pesa 70 kilos y es capaz de sostener 20 kilos sobre sus brazos y agarrar objetos de hasta dos kilos con cada mano.
‘Se puede controlar fácilmente utilizando el Windows XP, lo que lo hace muy accesible’, añadió Radev, que precisó que este robot no tiene uso industrial, al contrario que su compañero ‘New Age’, de apariencia similar.
Otra compañía, Anybots, exhibe un robot teledirigido, poco mayor que un aspirador doméstico, pensado para actuar como un ‘supervisor’ a distancia en la era de la deslocalización.
‘El robot puede estar por ejemplo en una fábrica en Japón mientras desde el otro lado del mundo alguien en el departamento de producción lo dirige y puede ver cómo va la producción a través de los ojos del robot’, indicó a Efe Daniel Casner, uno de sus creadores.
Si bien muchos de los ingenios son para uso industrial, su presencia en otros ámbitos es cada vez mayor: según la Asociación de Robótica de Japón, se calcula que el mercado para los robots dedicados al sector servicios supondrá 15.000 millones de dólares en 2015.
Así, en la feria se enseñaron ingenios como el Robot Ping Pong, un androide que casi siempre gana, o ‘Herby’, un muñeco con forma de bebé pensado para que los ancianos lo estrechen contra su pecho, lo que permite que los sensores que el muñeco tiene implantados le midan el pulso e incluso realicen un electrocardiograma.
También se mostró la versión mejorada de ‘Paro’, una foca de peluche llena de sensores que le permiten comportarse como si fuera un animal real, moviéndose, emitiendo sonidos y reaccionando a estímulos.
Ese robot tiene un fin ‘terapéutico y pediátrico’, según sus creadores, que afirman que la foca-robot aumenta la capacidad de comunicación de sus poseedores y reduce el estrés.
Está previsto que, al término de la feria, se conceda el galardón al Robot del Año, un premio que en el pasado han obtenido inventos como un ingenio capaz de limpiar un edificio de oficinas moviéndose de piso en piso o un mini-robot de apenas 15 centímetros capaz de realizar hasta 200 acciones.