Este pequeño robot tiene todo lo que un niño podría desear, pero probablemente serán más bien los padres los que disfruten con su construcción y programación a medida.
Se llama Bioloid, pesa unos dos kilos y mide 40 centímetros. Podría ser un robot de juguete, pero incorpora tanta tecnología que probablemente dejarlo en manos de un niño no sea la mejor idea. Aunque, al igual que con algunos sofisticados trenes de juguete o los scalextric, la idea de regalárselo a los pequeños de la casa puede ser la excusa perfecta para que los mayores se entretengan con un sofisticado robot que sin duda rivalizará con algunos de los que circulan en vídeo por Internet.
Entre otras cosas el Bioloid cuenta con diversos sensores: giroscopios, sensores de distancia e infrarrojos, que le permiten caminar con un paso decididamente humano y detectar y evitar los obstáculos. Su diseño modular permite construir diversos robots con las mismas piezas: un humanoide, un perro, un dinosaurio, una araña& y algunos módulos transparentes como los de la cara permiten “personalizar” la expresión facial. Además de todo esto, se puede programar desde un ordenador, en un lenguaje parecido al C, y transferir los programas con un cable USB.
El robot incluye baterías recargables que le dotan de cierta autonomía y también se puede añadir como opción un mando a distancia para controlarlo de forma remota. Una buena idea de su sofisticación es su precio: cerca de 980 euros, a los que añadir algo más si se incluyen ciertas opciones extra o actualizaciones futuras. Definitivamente, un juguete que es algo más que un juguete, no precisamente barato, pero que sin duda hará las delicias de los fans de los cacharritos programables.
fuentes: www.lainformacion.com